
Gracias, gracias, gracias...
El próximo miércoles estaremos, con el favor de Dios, cerrando un ciclo más de nuestra vida. Le diremos adiós al 2025 y se abrirá la puerta para recibir al que viene. Cerrar con gratitud lo que hemos vivido es bien importante, implica agradecer lo aprendido, también los retos superados, cada vivencia, grande o pequeña, así es como debe darse la bienvenida, es la manera más sana para tener propósito y positividad. Aprender a soltar lo que no nos sirve y valorar lo recorrido, nos permite mejorar el ánimo e iniciar con toda la enjundia el periodo que sigue. Recuerdo a un buen amigo que me compartía que cada fin de año apuntaba en un papel lo que le había representado dolor y congoja, después arrugaba el papel y lo ponía en un cacharrito de metal y lo quemaba. “Me siento liberado, sin ataduras y hasta sonrío”. Voy a hacerlo. Pero también haré una lista de cuanto representó bien en mi alma, de las personas que me acompañaron y me brindaron su apoyo, y les daré las gracias por su generosidad.