Ya llega la Navidad a Tierra de nadie

Faltan horas. El ambiente en la calle es una mezcla eléctrica de prisas, luces y esa tensa calma que precede a la noche. Desde el móvil en vivo de Tierra de Nadie, nos metemos en ese flujo de última hora. No buscamos la postal perfecta, sino el pulso real. Captamos fragmentos de conversaciones, deseos susurrados entre compras, la fatiga y la expectativa en los rostros. La gente habla, casi para sí misma, mientras camina. No son grandes discursos, son destellos: un deseo de paz familiar, la simple esperanza de que a un ser querido le guste el regalo, el anhelo de descanso después de un año largo. Otros mencionan deseos materiales concretos, con la urgencia de quien siente que se le acaba el tiempo.